Lo que tienes que saber sobre la obra de Oswaldo Guayasamin

¡Un mural siempre tiene que contar algo! Y si pudiera ponerle música a un mural, lo haría.



Primera Época
Oswaldo Guayasamín dibuja y pinta desde que tenía 7 años de edad. Posteriormente, cuando entra en la Escuela de Bellas Artes a los 12 años, maravilla tanto a profesores como compañeros por su capacidad creativa y su dedicación al trabajo. Como parte de este proceso de aprendizaje, Guayasamín pinta una gran variedad de temas, encontrando las bases que luego caracterizarían su trabajo.

Logra su primera exposición individual antes de graduarse. Luego empezará la búsqueda de su propia identidad en un viaje alrededor del continente americano, encontrando las raíces que distinguen al anglosajón del indígena y mestizo que pueblan las tierras desde Río Bravo hasta la Patagonia: su tierra.

La denominada "Primera época", recopilada por la Fundación Guayasamín, reúne obras pintadas antes de su primera sinfonía: El Camino del Llanto, a la cual le seguirían otras series.

Huacayñán
Guayasamín viaja por América del Sur, visita Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y como resultado pinta la serie “Huacayñán” (palabra quichua que significa “Camino del Llanto”), compuesta de 103 cuadros realizados de 1946 a 1952.

Es una visión de los pueblos mestizos, indios y negros, con sus culturas y expresiones de alegría, tristeza, tradición, identidad, religión, sobre todo de los países andinos. “La traducción de ‘huacayñán’ al español tiene varias interpretaciones. La más profunda, que me han dado los indigenas, es "el camino por dónde camina la lágrima", el pliegue del párpado inferior, antes de rodar por la mejilla. Otra interpretación dice que la palabra expresa la separación de dos amigos, o de una mujer y un hombre, cuando se despiden para no verse más y aguantan las ganas de llorar… En quechua, no volver a verse, es huacayñán.

De modo que es ambas cosas a la vez: "los ojos que comienzan a humedecerse, antes de que salga el llanto, y la imposibilidad de llorar, cuando todo el cuerpo se lava de lágrimas y quedan los ojos secos.” (Guayasamín)

La Edad de la Ira
Los conflictos bélicos y la injusticia social de este tiempo, es lo que influye al artista a pintar en los años ‘60, “La Edad de la Ira”. Con esta colección Guayasamín realiza exposiciones alrededor de Europa y América, sacudiendo la conciencia de la humanidad, desde Roma hasta Santiago de Chile, desde Praga hasta México, desde Madrid hasta San Francisco. Muestra toda la tragedia del siglo XX, las guerras mata-hombres, las torturas y el dolor que producían los dictadores, la angustia de las madres que perdieron a sus hijos. Denuncia la violencia del hombre contra el hombre.

“Aquí esta la humanidad en pie, en lloro vivo, en desesperación. La humanidad crispada…sin esperanza….Sin más horizonte que el lloro…Todo se halla en pálpito vivo, todo violento y requeridor.”

“…emoción incisiva del dolor no merecido...Grandes, impotentes imágenes, que son la exaltación más monumental que hasta ahora ha hecho el hombre de sus penas “

JOSE CAMON AZNAR

La Ternura
"Mientras vivo siempre te recuerdo" o "La Ternura", ultima colección con más de 100 obras, que Guayasamin pintó desde 1988 hasta 1999.

Es un homenaje de amor a su madre, a las madres del mundo, como símbolo de defensa de la viday de la Tierra, a los Derechos Humanos.

Paisajes y Flores
Aparte de las tres series pictóricas de Guayasamín y sin formar parte de ellas, se encuentran los paisajes y las naturalezas muertas que al autor le sirvieron como medio o pretexto para expresar su estado de ánimo. Guayasamín lo tomaba como un autorretrato interior, una confesión de lo que sucede de piel para adentro. En este grupo predominan los paisajes de Quito y pinturas de flores en su mayoría secas.

Guayasamín pintó alrededor de 250 paisajes que Quito, pero más que una descripción geográfica se los puede percibir como descripciones conceptuales. Guayasamín pintaba estos paisajes desde la memoria de sus cuadros anteriores y adaptaba los colores a su subjetividad interna.

“En los cuadros antiguos, los de joven pintor que busca, que está experimentando, todavía hay algo en el paisaje. Pero los reciente –ese animal que es la montaña y la ciudad que vive abajo- son puramente expresión de mi estado de ánimo: así salen unos Quitos rosados, llenos de luz; a veces un Quito negro, uno azul, o ese Quito terrible, que tiene un cielo rojo, desde donde se derrama el color hasta abajo.” Guayasamín

Sobre sus pinturas de flores, es interesante recalcar que en su gran mayoría, se trata de flores secas o “muertas”, flores perpetuas que se mantienen sin alteración después de ser cortadas como son las “Monedas del Papa” o las “Yagrumas” ambas recurrentes en su trabajo.

Murales
Guayasamín realizó varios murales tanto en Ecuador como en el exterior, países como Francia, España, Brasil, Venezuela, siendo el pintor ecuatoriano más prolífico en este género de arte. La pintura mural siempre llamo la atención del artista, de tal manera que su primer mural “Historia del Ecuador” data del año 1938, cuando todavía era alumno de la Escuela de Bellas Artes de Quito.

En sus primeras épocas, el sueño del Maestro fue poder trabajar junto a quien consideraba uno de los mejores muralistas mexicanos, José Clemente Orozco. A pesar de que era un hombre huraño, este acepta a Guayasamín como colaborador para trabajar en el Mural “Apocalipsis” de la antigua Iglesia de Jesús de Nazareno de la ciudad de México y comparte con él sus técnicas de pintura al fresco.

Luego Guayasamín elaboraría sus murales en distintas técnicas: fresco, oleo, mosaicos de cristal de Venecia… pero su material de primer orden fue el acrílico.

Por otro lado, esta influencia en sus primeros años de pintura profesional lo acostumbraría a realizar obras de gran tamaño, lo cual se vería reflejado a lo largo de su vida artística. En la Casa-Museo Guayasamín se puede visitar el taller donde trabajó los últimos años de su vida, donde se visualiza el gran tamaño de las instalaciones necesitadas, así como del tamaño de sus pinceles y paletas.

Los murales de Guayasamín suelen tener otra característica particular: movimiento... y presencia de frases, porque, en sus palabras, “un mural siempre tiene que contar algo…y si pudiera ponerle música a un mural, lo haría.”

Esculturas
A pesar de que el mismo Guayasamín se consideraba más como pintor, fue autor de múltiples esculturas: desde pequeñas figuras, cabezas, torsos desnudos, fuentes, móviles, hasta gigantescos monumentos como es el caso de los conocidos “La Patria Joven” y “Rumiñahui”.

Los materiales que empleaba eran variados: yeso, arcilla, cerámica, plastilina, madera, como también materiales más duraderos como piedra, bronce, cobre. Sus temáticas, por otro lado, abarcan toda la gama de posibilidades plásticas; algunas son obras realistas, llenas de movimiento y con un marcado carácter psicológico, otras de patetismo heroico, otras inspiradas en el arte precolombino, con rasgos particulares como nariz amplia, ojos oblicuos y boca con grandes labios.

Además de su trabajo en escultura monumental, para relajarse trabajaba en diseños para joyas. Estas pequeñas esculturas, algunas de marcado carácter santuario, fueron realizadas con gran precisión y detalles, con incrustaciones de piedras preciosas, lo que les proporcionaba “luz, movimiento y sonido” Eso las convirtió en piezas de tipo moderno basadas en las formas y diseños de las culturas ancestrales indígenas del Ecuador.

Cabezas y Manos
Dentro de los elementos de representación expresionista en la obra de Guayasamín, lo que más destacan son sus rostros y manos.

…"Cuando pinto una mano, una boca, unos dientes o unos ojos,
estos no son solamente una forma plástica.
Yo quiero expresar en esto más que la plástica misma.
Quiero expresar que este ojo que está llorando,
estos dientes que están mordiendo o estas manos angustiadas, vibrando"…
Retratos
Oswaldo Guayasamín realizó a lo largo de su trayectoria una gran cantidad de retratos.

Desde la edad escolar Guayasamín dibujaba caricaturas de sus maestros, posteriormente durante sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes inicia el estudio formal de la figura humana, y por ende, del retrato; de esta época destacan obras como “Torso Desnudo” que es el retrato de una modelo, el retrato de su madre “Mama Lolita”, “Alumnos de la Escuela de Bellas Artes” en el que aparecen sus compañeros de clase con el incluido, y varios retratos de su primera esposa Maruja Monteverde.

El retrato es una constante en todos los períodos de pintura de Guayasamín, ya que va alternando de sus obras de contenido humanista con la pintura de flores paisajes y retratos de amigos, allegados personalidades y clientes.

Guayasamín en alguna ocasión comentó que no sabe “¿cómo la persona puede caminar delante del retrato? porque él le ha extraído hasta el alma”.

Fuente : guayasamin.org

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